Al igual que si estuvieras en plena guerra y tuvieras que conseguir los objetivos que te han fijado para ganarla, en tu negocio, sin una estrategia empresarial fijada, no podrás cumplirlos ni controlarlos para rectificar desviaciones.
La estrategia empresarial simplemente significa hacer un mapa sobre dónde quieres llegar y cómo vas a hacerlo y con qué herramientas.
Para definir tu estrategia debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
– Fijar tus objetivos: Comienza fijándote objetivos a corto plazo. Éstos deberán ser realistas, no es dónde quieres llegar, si no donde puedes llegar. No olvides que tus objetivos deben ser medibles. No vale uno del tipo: “Ganar más” o “Tener más clientes”.
– ¿Qué vas a vender?: ¿Tendrás una sola línea de negocio o varias? ¿Serán independientes? ¿A quién se lo vendes? ¿Existe interés en comprarlo? ¿Qué precio están dispuesto los posibles clientes a pagar por ello?
– ¿De qué manera compites con la competencia?: Piensa qué te hace diferente del resto de las empresas que ofrecen lo mismo que tú. La estrategia competitiva que tengas, es lo que te hará diferenciarte del resto y vender más que los demás. (Mucho cuidado con competir por precios. Sólo en sectores muy concretos por volumen).
– Estrategia funcional: La que se deberá seguir una vez establecidos los puntos anteriores para la consecución de los objetivos generales.
Evidentemente, tendremos que hacer todo esto de una manera dinámica, ya que si una vez que medimos vemos desviaciones, tenemos que ser capaces de corregirlo rápidamente para adaptarnos y conseguir los objetivos fijados.
Para poder medir y corregir si lo necesitamos, deben estar establecidos unos indicadores que nos digan si estamos cumpliendo lo planeado o no.
En definitiva, la estrategia que fijes junto con las mediciones que hagas, te ayudan a saber si vas por buen camino, o si por el contrario debes modificarlo o incluso abandonarlo antes de que sea demasiado tarde.
Alicia Carrillo.
La estrategia empresarial simplemente significa hacer un mapa sobre dónde quieres llegar y cómo vas a hacerlo y con qué herramientas.
Para definir tu estrategia debes tener en cuenta los siguientes aspectos:
– Fijar tus objetivos: Comienza fijándote objetivos a corto plazo. Éstos deberán ser realistas, no es dónde quieres llegar, si no donde puedes llegar. No olvides que tus objetivos deben ser medibles. No vale uno del tipo: “Ganar más” o “Tener más clientes”.
– ¿Qué vas a vender?: ¿Tendrás una sola línea de negocio o varias? ¿Serán independientes? ¿A quién se lo vendes? ¿Existe interés en comprarlo? ¿Qué precio están dispuesto los posibles clientes a pagar por ello?
– ¿De qué manera compites con la competencia?: Piensa qué te hace diferente del resto de las empresas que ofrecen lo mismo que tú. La estrategia competitiva que tengas, es lo que te hará diferenciarte del resto y vender más que los demás. (Mucho cuidado con competir por precios. Sólo en sectores muy concretos por volumen).
– Estrategia funcional: La que se deberá seguir una vez establecidos los puntos anteriores para la consecución de los objetivos generales.
Evidentemente, tendremos que hacer todo esto de una manera dinámica, ya que si una vez que medimos vemos desviaciones, tenemos que ser capaces de corregirlo rápidamente para adaptarnos y conseguir los objetivos fijados.
Para poder medir y corregir si lo necesitamos, deben estar establecidos unos indicadores que nos digan si estamos cumpliendo lo planeado o no.
En definitiva, la estrategia que fijes junto con las mediciones que hagas, te ayudan a saber si vas por buen camino, o si por el contrario debes modificarlo o incluso abandonarlo antes de que sea demasiado tarde.
Alicia Carrillo.
