Este duelo me está durando más de lo que pensaba, dejar un negocio en el que puse tanta ilusión no es nada fácil, pero todos sabemos que lo mejor era eso, cortar por lo sano y no volver cerca de ti.
He pasado muchas noches sin dormir, pensando en qué hice mal, y sé que fueron muchas cosas, pero tú no tiraste de mi para solucionar nada, así que bien finalizado está.
Ahora me planteo si podré volver a tener un “amor”. Sólo de pensarlo me da una pereza tremenda, pero ¿quiero seguir solo?. Igual lo que tengo que hacer es plantearlo de otra manera.
De momento haré caso a todos aquellos expertos en relaciones amor-odio con negocios, porque creo que hice todo lo contrario a lo que me plantearon en su momento.
Quizá tengo que contar con ellos en la búsqueda de mi nuevo “amor”. ¿Qué necesidad tengo de ir sólo en este camino? Puede ser que tenga que invertir algo de dinero pero será bien empleado.
Por otro lado, ¿y si hablo con aquellos que querían buscar también el “amor” pero no se atrevían a hacerlo en solitario? Si somos más buscándolo en equipo es posible que encontremos algo mejor.
Lo que tengo claro es que ya no puedo seguir en esta situación de desesperación, de angustia por lo que hice mal, hay que recargar energía y volver a intentarlo siempre, salir adelante.
Ese “amor” no era para mí, pero seguro que encuentro otro que me trate mejor y sepa valorar todo lo que hago.
Existe vida después del cierre, si, una segunda oportunidad de encontrar el “amor”, y si no es en esta tampoco, en otra será.
Todo esto me ha servido para ver quién si, quien no, y quien nunca. Para valorarme, para saber lo que puedo hacer y lo que no. Para descubrir mis debilidades y fortalezas.
Esta experiencia me hace crecer, no cambiar ojo (ni puedo ni quiero) pero sí evolucionar para no cometer de nuevo los mismos errores.
Lo encontraré, lo sé, tendré éxito porque ahora sí que estoy preparado. Tendré mi negocio ideal y también lo contaré.
Rendirse no es una opción.