Después de pensar mucho, valorar los pros y los contras, poner en una balanza lo bueno y lo malo, he tomado una decisión. Voy a dejarte.
Por fin he entendido que esto no va a salir bien. Sólo nos hacemos daño, bueno, tú a mí, porque tú ya no sientes nada.
Después del tiempo que hemos estado juntos, veo que sólo yo tenía las cosas claras, sólo yo apostaba por este proyecto de “amor”. Lo he dado todo y me has fallado.
Quizá no eras para mí, quizá me venías grande, quizá no buscábamos lo mismo en esta relación.
Y ahora viene el momento difícil, ¿cómo te lo digo? ¿cómo termino con esto?
Por un lado he pensado en hacerlo rápido, como cuando te quitas un esparadrapo, pero no. Quiero hacerlo bien, con cabeza, una ruptura sin que haya heridos de por medio (cierre ordenado de empresa).
Así que voy a empezar a pagar las deudas que me quedaron por comprarte cosas bonitas, a darle a tu amante Hacienda lo que encima de haber destrozado nuestra relación, me pide.
Encima estaré pagando esta relación durante mucho tiempo, voy a estar mal, financiera y emocionalmente, porque he perdido mucho por el camino. A ver lo que tardo en volver a recuperarme. ¿Y si no lo hago nunca?
Ahora mismo pienso que estaba mejor sólo, quizá no tendría “amor”, pero tampoco tenía preocupaciones y era libre.
Yo creo que ya no voy a volver a querer nunca más, estoy destrozado. Para además rematar mi dolor, tengo que aguantar a todos los que están a mi alrededor, unos diciéndome que no pasa nada, que me recuperaré, otros con la frase de “te lo dije”.
Pero ya está hecho, no hay vuelta atrás. Vuelvo a estar solo. ¿Y ahora qué?
De momento sólo quiero meterme en casa y pensar.
La semana que viene último capítulo: Mi nueva vida sin ti.
Alicia Carrillo.
