Que felices estamos, en ese momento dulce en el que vamos a empezar a conocernos y a sentar las bases de la relación con nuestro negocio. Todo es emoción y nervios por ver qué pasará.
Y así comenzamos con esas primeras citas. ¿Dónde vamos para empezar todo esto? A lugares bonitos por supuesto, románticos, que vea que tenemos buena predisposición. Empezaremos por la Agencia Tributaria, Registro Mercantil, Bancos y similar; y si todo va bien, seguiremos por la Tesorería de la Seguridad Social.
Estamos poniendo mucho esfuerzo en ser buenos y que nos vea guapos así que esto va a salir bien. Después de esas primeras citas de poco tiempo como toma de contacto, empezamos a vernos más, porque tenemos claro que a esto hay que echarle tiempo si queremos enamorar a nuestro contrario.
Así que lo mejor es empezar a dedicar todo el tiempo del que disponemos, días enteros y fines de semana, cosa que hasta ahora era de nuestra propiedad, pero todo sea por nuestro “amor”.
Empezamos a encontrar algunas trabas, porque oye, que ya tenemos una edad, así que entre manías, responsabilidades y etc… se hace un poco cuesta arriba, pero no perdemos de vista nuestro objetivo: Dejar de estar solos.
Dedicando todo ese tiempo, empezamos a ver que todo poco a poco se pone en marcha, después de costarnos nuestro buen dinero en esas primeras citas para impresionar a nuestro “amor”, eso sí.
Pero podemos decir que ya es oficial, ¡¡No estamos solos!! Hemos construido nuestra pareja, (que ahora en esta primera fase nos parece ideal). Así que anunciamos a bombo y platillo el comienzo de nuestra historia de amor, y comenzamos con nuestro negocio.
Estamos tan emocionados que queremos presentar nuestra pareja a todo el mundo, familia, amigos, hacemos campañas en redes sociales, ¡que todo el mundo sepa que estamos enamorados!
Alguien siempre nos dirá que ese “amor” no es para nosotros, que lo estamos haciendo mal, que tendríamos que haber buscado otra pareja que se adaptara mejor o incluso que estando solos estábamos mejor.
A esos que hablan y dicen ser expertos en este tipo de parejas, ni caso, ¡¡si todo va sobre ruedas!!
Así que nos sumergimos en esta espiral de felicidad y amor para comenzar una relación estable con nuestro negocio y que nos dure para siempre.
Veremos si nuestras expectativas se cumplen en el siguiente capítulo: Los primeros días de convivencia.
Y así comenzamos con esas primeras citas. ¿Dónde vamos para empezar todo esto? A lugares bonitos por supuesto, románticos, que vea que tenemos buena predisposición. Empezaremos por la Agencia Tributaria, Registro Mercantil, Bancos y similar; y si todo va bien, seguiremos por la Tesorería de la Seguridad Social.
Estamos poniendo mucho esfuerzo en ser buenos y que nos vea guapos así que esto va a salir bien. Después de esas primeras citas de poco tiempo como toma de contacto, empezamos a vernos más, porque tenemos claro que a esto hay que echarle tiempo si queremos enamorar a nuestro contrario.
Así que lo mejor es empezar a dedicar todo el tiempo del que disponemos, días enteros y fines de semana, cosa que hasta ahora era de nuestra propiedad, pero todo sea por nuestro “amor”.
Empezamos a encontrar algunas trabas, porque oye, que ya tenemos una edad, así que entre manías, responsabilidades y etc… se hace un poco cuesta arriba, pero no perdemos de vista nuestro objetivo: Dejar de estar solos.
Dedicando todo ese tiempo, empezamos a ver que todo poco a poco se pone en marcha, después de costarnos nuestro buen dinero en esas primeras citas para impresionar a nuestro “amor”, eso sí.
Pero podemos decir que ya es oficial, ¡¡No estamos solos!! Hemos construido nuestra pareja, (que ahora en esta primera fase nos parece ideal). Así que anunciamos a bombo y platillo el comienzo de nuestra historia de amor, y comenzamos con nuestro negocio.
Estamos tan emocionados que queremos presentar nuestra pareja a todo el mundo, familia, amigos, hacemos campañas en redes sociales, ¡que todo el mundo sepa que estamos enamorados!
Alguien siempre nos dirá que ese “amor” no es para nosotros, que lo estamos haciendo mal, que tendríamos que haber buscado otra pareja que se adaptara mejor o incluso que estando solos estábamos mejor.
A esos que hablan y dicen ser expertos en este tipo de parejas, ni caso, ¡¡si todo va sobre ruedas!!
Así que nos sumergimos en esta espiral de felicidad y amor para comenzar una relación estable con nuestro negocio y que nos dure para siempre.
Veremos si nuestras expectativas se cumplen en el siguiente capítulo: Los primeros días de convivencia.
Alicia Carrillo
